En las últimas décadas, ha habido grandes adelantos en lo que se refiere a la tecnología del propio hormigón. Hoy en concreto os queremos hablar de las fibras sintéticas, y principalmente de la fibra de polipropileno para hormigón. Esta fibra ha sido muy utilizada en los últimos años para mejorar algunos comportamientos de las soleras de hormigón, como por ejemplo naves, hormigón impreso, etc.
En realidad, el uso de fibras en la construcción se remonta a unos 4000 años atrás, donde se utilizaba la paja para armar los ladrillos de adobe. Otros tipos de fibra utilizados han sido pelos de Cabra y otras formas de fibras orgánicas.
La introducción de las fibras sintéticas a partir de Chardonet supuso un gran avance en esta materia, como por ejemplo las de nylon, poliéster, etc.
En el campo de los morteros y hormigones, la función más importante que hacen estas fibras consiste en mejorar el comportamiento frente a la fisuración, aunque también otros como una mayor resistencia al impacto.
Otro tipo de fibras muy importante, son las de tipo metálico, que se suelen utilizar en pavimentos que requieren una gran resistencia debido sobre todo al tránsito o que soportan, como por ejemplo maquinaria pesada. Las fibras de acero pueden a absorber gran cantidad de energía, y de éste modo ayudar mucho a la durabilidad de la solera.
Las fibras de polipropileno se empezaron a utilizar en los Estados Unidos en la década de los sesenta, concretamente para mejorar el comportamiento de paneles de hormigón que tenían que ser resistentes a las explosiones.
Esta fibras están preparadas para distribuirse homogéneamente dentro de la matriz del hormigón. Siempre que el mezclado sea correcto, el polipropileno posee unas magníficas propiedades mecánicas y químicas.
El polipropileno es muy estable y no reacciona con el cemento, que es muy alcalino, por lo que su vida en el hormigón es ilimitada. Además, su uso no conlleva riesgos para la salud, a diferencia de la fibra de asbestos, cuyos efectos nocivos son por desgracia bien conocidos.
A continuación desarrollamos las funciones más importantes que realizan estas fibras en el hormigón:
- Fácil mezclado en la preparación del hormigón, la dispersión es bastante buena.
- Mejora el comportamiento o del hormigón en las primeras horas de fraguado, disminuyendo la aparición de micro fisuras en este. Estos es debido a que las fibras retienen agua, por lo que hay una menor evaporación de esta en las primeras horas, lo que beneficiará en un fraguado más homogéneo y uniforme.
En el hormigón endurecido podemos comentar las siguientes propiedades
- Reducción de las fisuras de retracción.
- Aumento en la resistencia al fuego.
- Aumento o de la resistencia en los ciclos de hielo-deshielo (esto es muy interesante a observar en la zona norte del país).
- Disminución de la penetración del agua, colabora en su impermeabilidad.
- Mejora la resistencia a la compresión en un 5%.
- Resistencia a la corrosión.
En resumen, podemos decir que la presencia de fibras de polipropileno en una solera de hormigón impreso o en una nave industrial es muy positiva.
Esto no debe confundirse con que es un sustituto del mallazo clásico, esto es totalmente incorrecto, y es bueno que se sepa pues las consecuencias son nefastas, sobre todo en pavimentos que no tienen un forjado o una base previa estable.
La dosificación habitual de las fibras de polipropileno es de una bolsa de 600 gramos por metro cúbico de hormigón. Un tiempo de amasado orientativo puede ser de un minuto por metro cúbico. Se añade la bolsa entera, ya que consta de un papel hidrosoluble que se degrada por sí mismo. Como podéis ver es muy fácil de manipular.
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